Corrosión en tuberías

Corrosión en tuberías

¿Por qué hay corrosión en las tuberías?

Se podría definir la corrosión como una reacción electroquímica entre los metales y el medio ambiente en que se encuentra.

Si se valora el comportamiento de un par galvánico, se tiene que tener en cuenta la serie electroquímica de los metales, que ordena estos de mayor a menor nobleza, definiendo, igualmente, los potenciales de oxidación-reducción de cada uno de ellos.

Esto indica que un metal que está en cierta posición de la tabla, no puede atacar a un metal que esté situado en una posición más elevada, mientras que puede reaccionar y destruir el metal que está en posición inferior, eso sí, dependiendo de factores como la conductividad eléctrica de la solución, la presencia de aire y agentes oxidantes, etc.

Si en un circuito se colocan piezas de hierro y de cobre en contacto, se crea una pila electroquímica en la que el hierro es el ánodo (menos noble), el cobre es el cátodo (metal noble) y el agua el electrolito conductor de la corriente de corrosión.

Este tipo de corrosión se impide con instalar el hierro aguas arriba del cobre, con relación al sentido de circulación del agua.

Es la regla principal de colocación de los materiales en una instalación por la que circule agua.

No obstante, la sucesión en una instalación de hierro/cobre, en el sentido que vehicula el agua, no impide la corrosión del cobre, pues se producen unos depósitos de hierro en el cobre que corroe este por aireación diferencial.


¿Qué utilidad tiene el anodo de magnesio?

Hay muchos sistemas para evitar la corrosión. Si ponemos el ejemplo de los calentadores eléctricos o acumuladores de agua caliente. Los ánodos de sacrificio o de magnesio absorben toda reacción química y son ellos los que sufren la corrosión mientras al elemento al cual protegen permanece en perfecto estado.

Estos ánodos de sacrificio o de magnesio con el tiempo hay que sustituirlos al tener un límite de vida  para evitar la perforación por oxidación del calentador o acumulador.

El período de vida de un ánodo depende de varios factores, el tipo de agua, la temperatura a la que esté regulado el termo, el consumo de agua, etc.


Las aguas con las siguientes características tenderán a ser más corrosivas:

Aguas muy suaves

Aguas muy bajas en pH y alcalinidad. La adición de calcio, alcalinidad, y productos   químicos para ajustar el pH en aguas tratadas ha resultado eficaz para corregir la corrosividad de las aguas bajas en dureza y alcalinidad.

Aguas altas en cloruros o sulfatos, o en ambos (>150 mg/l).

Aguas que contengan cantidades apreciables de oxígeno disuelto.

Aguas con un bajo pH (<6.0) y una conductividad alta.

La presencia de cloro libre por encima de 1mg/l y de cloramina arriba de 2 mg/l.

La presencia de sólidos suspendidos.


Calentadores eléctricos o acumuladores de agua caliente sanitaria

Al comprar un calentador eléctrico, tenga en cuenta que no todos se pueden instalar en posición horizontal por eso siempre  debe consultar siempre si lo quiere vertical u horizontal (que sería el menos recomendado).

Tenga en cuenta que no todos los calentadores tienen el ánodo de magnesio, supuestamente los más baratos no lo llevan incorporado.

Para eliminar los riesgos de  pares galvánicos, se deben instalar los manguitos que la mayoría de los calentadores los suministran.